hay varias casas en la colina.
en teoría hay (porque es del verbo haber en pura e inapelable obligación) que ir a pie.
todo el mundo dice que sí, tu amigo, tu otro amigo, tu vecino, tu alrededor exige
y sonríe la propuesta.  y a las ocho y media en la mesa, recién duchada
y con el mantel tocándote las piernas, con el banquete a punto de mordisco.
todos habrán coincidido en su lugar, en su silla. y todos esconderán el ticket
del funicular debajo del edredón (adrede y encima se parece a agrede y
éste a agrio). y en la mesa, una vez más coincidirán los comentarios del :
qué rico está todo, puedo repetir. te los mirarás des de fuera. y de su dentro,
y de tu dentro ha su fuera. compararás. y cuando llegues a casa ya te quitarás las botas de agua.