un espantapájaros y patios vacíos. “Propera parada, Montcada i Reixach”

uno,dos tres, cuatro,cinco…diez bidones enormes de estrella damm al lado de la montaña de casitas de colores. Graffitis superpuestos, de colores chillones y un gris sucio y aburrido que los envuelve. Ventanas agobiantes, ventiladores, vagones abandonados, vías amontonadas, como si estuvieran en un estante de supermercado al lado de los pepinillos. Ahora el ritmo accelera. Algun que otro trabajador reflectante, señales de limite de velocidad, naranja butano, manos sobre manos y caricias, anillo de compromiso y un reloj con evilla de plástico azul eléctrico. Otra vez, un grupo de reflectantes llevando canoas de papel de plata hacia las estanterías del supermercado. Una serpiente roja que resigue el recorrido del tren, que ahora se ha convertido en verde.Una señora en contradirección con el periódico debajo el brazo. Por fin llegamos al túnel, ventanas redondas (…)